El Diario de NetSeeker

+ "El Precipicio" es un fanzine que LosMismosDeSiempre regalan en cada concierto (de La Renga, obvio) a los asistentes, donde personas comun y corrientes demuestran desde el arte cómo fue su vivencia de los conciertos, para difundir esta religión de la libertad del alma. He aquí un regalo a la comunidad renguera y en especial a los que me acompañaron en ese momento especial (Como Juano... xD). Mi propio precipicio...

Dos horas. Parecieron toda una vida. 2 horas: cuántos hombres pudieron haber vivido todo lo que hasta hoy en esas horas. El reloj. En cada “tic” mi corazón se aceleraba. En cada “tac” mi alma se fue poniendo más en sintonía con el millar de almas restantes.
Y cuando a las luces se las tragó la oscuridad cada uno se rebeló contra el silencio y dejó salir de golpe su daga más punzante en contra de la realidad. Como un rito arcano, como un presente a la Madre Tierra, sacrificamos para siempre nuestra cordura.
Zumbaban mis pantalones con cada golpe que el Tanque daba en su batería. Diez, cien, mil corazones latían al unísono, para alucinar con ese mundo que sólo tenemos en nuestros sueños; ese mundo del que regalamos pedacitos a la gente en nuestros viajes por la ruta, esperando hacer de su edén un lugar mejor.
El Tete corría para todos lados, frenético. Rasgaba el tiempo con cuatro cuerdas. No se si era él o éramos nosotros… pero perdidos en saltar sobre las pequeñas plataformas amarillas siempre encontrábamos fuerzas para cantar o para seguir saltando.
Cuando Chizzo le comenzó a sacar notas a los 5 hilos de las Moiras nuestro destino cambió para siempre. Los Ángeles se morían frente a nosotros y el Diablo y la Muerte se reían mientras un león nos desmembraba uno a uno…
El Manu y el Chiflo entraron en escena a ese misterioso antro. Con el sol a cuestas nos mostraron la libertad que está oculta dentro de cada uno, encerrada, en ellos y en nosotros.
No nos cansamos de aplaudir, ni ellos de tocar.