El Diario de NetSeeker

Canción para alguien que se fue, pero necesito.
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Poca gente conoce esta parte de la historia, poca gente de verdad. Es una historia que muy pocos comprenden, y muy pocos comprendieron cuando se les explicó. Se trató de una amistad como pocas han existido – por eso cuando me preguntan de que si puede existir una amistad entre un hombre y una mujer, respondo con un potente sí – una amistad tan fuerte, que duele en el alma el haberla perdido.
Y cuando hablo de dolor, no hablo de un puto cliché, hablo de un dolor que de día es desgarrador (desde adentro hacia la mente) y de noche se torna en una pesadilla que me transforma en una masa informe que sólo se retuerce y transpira.
Recuerdo cómo fue que nos conocimos (nunca antes estuve tan agradecido del destino) y de cómo fue que dos fuegos solitarios se hicieron hermanos. Recuerdo con lágrimas en los ojos cada cosa que nos dijimos, cosas que nadie más sabe de nosotros, nuestros secretos más oscuros, nuestros amores más ocultos y nuestros temores más fuertes. Recuerdo con nostalgia dolorosa las veces que nos juntábamos, y volvíamos a ser niños, y saltábamos sin parar en las calles, y reíamos, y sonreíamos por todo… Recuerdo con dolor como era que cada uno sabía como calmar al otro, evitando el llanto.
Y nadie, repito, nadie, era capaz de comprenderme a tal nivel. Nunca me sentí juzgado, la verdad, nunca me preguntaba por qué esto o por qué aquello: era de tomarme la mano y salir adelante sin importar que pasara. Y la pureza de todo, la simpleza (Como dice el Andrés, las cosas simples son las más bellas) y lo lúdico de nuestra relación, permitía que pudiéramos andar por las calles, saltando, cantando, abrazados. Muchas veces nos mal interpretaron, pero nunca lograron enemistarnos…
Hoy, que mi alma me duele, como en los tiempos pasados. Hoy, que mi cabeza me golpea (me usa como un tambor). Hoy que mi dormir se llena de pesadillas que dan escalofríos y sueños que me dan profecías horrendas… La persona que era capas de calmarme, de inspirarme… se fue: desapareció de mi vida, no por peleas o cosas, sino que por lucubraciones del mismo destino que una vez nos juntó.
Mi respiración se quiebra mientras escribo. Y no puedo evitar el recordar tantos momentos…

Por mi hermana perdida en esta sociedad, estés donde estés:
Gabriela Geovanna Fuentes Uribe

04/09/2007 23:28:53