El Diario de NetSeeker

Disculpen que me levante de la mesa, pero me he sentido ofendido. No me interesan sus disculpas señor, no quiero saber que no lo decía con esa intención... vende su hipocresía a kilo como la mano de su hija... y déjeme decirle que no me interesa ni lo uno ni lo otro.
Me he encapsulado ya más de un año, por lo menos eso es lo que cuento en rayas en el calendario. Me he encapsulado y su desinterés no me interesa ni me mueve a otro lugar... ¿o acaso cree que comeré de sus ideales? ¡Nunca! Por mas dulce que sea la miel que cae de sus zapatos nostálgicos no me arrodillaré ante usted...
No pretendía llenarlo de dudas señor, con una cabeza chorreante de dudas y apunto de estallar como la mía basta en este lugar. En todo caso, no le hará daño, es simple necesidad de lugar real, más que este espacio perdido entre los pliegues de mi cerebro.
¿Qué? Nunca, ya le dije... No me arrodillaré ante nadie ni menos ante usted. No son mis lazos de egocentrismo, es usted muy simplista a ver las cosas. Se trata de mis ganas de salir, de romper, de gritar y de construir. Se trata de los huesos que crujen en mi día a día. Se trata de las heridas que hago y deshago sobre el tul de mi piel y de las incontables veces que dejo de sentir en pos de poder oírla mejor.
Dudas, se llaman imposibles. Se llaman raspados de gesta que nunca nacerá... se llama latidos de piedra en mis manos cansadas de tener que imaginar todo esto. Se trata de alguien que se esconde tras las puertas cuando crees estar solo, se trata de un símbolo de mandera colgado en las paredes de los creyentes... ¿puede oírlo? Otra vez rezan... Quisiera a veces ser la mitad que ellos... ¿la mitad de qué? Acaso no me estubo oyendo... todo se trata de confianza...
Disculpen que me levante de la mesa, pero me he sentido ofendido. No me interesan sus disculpas señor, no quiero saber que no lo decía con esa intención...




(Puede leerlo con un bucle, es decir, una vez que termina vuelve a empezar).