El Diario de NetSeeker

Hoy 17 de noviembre de 2006 a las 3 con 5 minutos acabó la historia más bella que he protagonizado en toda mi existencia. Como es de esperarse, y como cada obra de Shakespeare, esta historia acaba también con alguien muerto.

Cuando mi puta determinación me llevó a Talca a estudiar creí que todo sería difícil. Sin embargo conocí a una persona especial que tanto ayer, como mi polola como hoy “mi amiga” usará un lugar especial en mi corazón (el que vomité hace no menos de 2 minutos, antes de escribir esto).

8 meses y algo más duró esta historia, bella como pocas que se han vivido antes. Altos y bajos tuvo, como cualquier vida que se catalogue de vida. Sin embargo, y pese a esta fuertísima potencia amorosa mi alma no tardó en ponerse gris, gracias a la distancia de mi familia y los amigos de toda una vida. Lo único que quería era un poquito de apoyo, sin embargo, gracias a mi tendencia aislacionista, parece que el cristal se fue rompiendo. Mis negativas y sus escapadas se convirtieron en la rutina que amenizaba el día… y aunque no lo pareciera, aunque mis ánimos no dijeran lo mismo, no la dejaba de amar, pues sabía que este; mi primer pololeo sería aquél que me llevara al altar tarde o temprano.

Nunca comprendió que lo único que quería era un abrazo.

Aniversario tras aniversario sumaron 8. Creía que el amor que guardaba en el corazón no podía más!!! La miraba y todos mis problemas se iban a la cresta… pero nunca comprendió que lo único que necesitaba era un abrazo y un beso que me cerrara la boca.

Lamentablemente, y como fue la rúbrica del último tiempo que pasamos juntos mis malas ganas (lo siento, la distancia me mata… INSISTO, SÓLO NECESITABA UN ABRAZO) seguro la aburrieron.

Todo esto llevó a la peor semana de mi vida. Ésta.

No la vi por más de 2 horas, y sólo si se trataba de la Universidad… Lo que me angustió de un modo inusitado en mí, hasta sentirme desgarrado, cayéndome en pedazos con cada paso que deba, sin la mano de ella entre mis dedos.

Así como llegó un fatídico viernes. La esperé toda la mañana para verla por 10 minutos. La pena en mi corazón era como un globo lleno de agua a punto de reventar. La despedida, cual beso de Judas para traicionar a Jesús fue un “TE AMO”.

Así llego acá, donde ni llorar puedo. Estoy acá, en una ciudad donde no conozco a nadie. Solo. Ella significó todo este año. Y ahora se fue. Entre risas fue un chao, te quiero como amigo… el resultado fue un hombre, frío, enfermo, sentado en la calle llorando.

PD: Que todo el mundo sepa que aunque ella no lo crea, nunca la voy a dejar de amar. Ella significó mucho más de lo aparente para mí. Ella es todo en esta polvosa ciudad. Y ahora se fue.

PD2: Quiero declarar, de igual manera, que si la situación hubiera sido inversa… si tu hubieras sido la que no se sentía bien y quería apoyo… yo nunca me habría cansado de dártelo. Por que aún te amo.

- Jorge Alejandro Torres Stoffel